Fue pequeño monasterio cedido en el siglo XIII al de Santa María la Real de Aguilar, conforme data un documento del rey Sancho IV, edificio tardorománico, pero con cabecera gótica, espadaña a los pies.
Dispone esta iglesia de interesante pinturas murales del gran maestro de San Felices de finales del siglo XV y maravilloso retablo mayor con no menos exquisitas pinturas de la Adoración de los Reyes, esculturas de San Cipriano y San Cornelio y otrs pinturas de la Anunciación. Buenos herrajes góticos. Gozó el término otrora de interesantes explotaciones de carbón.